miércoles, 28 de marzo de 2007

Módulo 1: Historia de Chile



Historia de Chile

PERÍODO DE DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA HISPANA DE CHILE

A partir de 1492 se inicia en América la acción de la cultura hispana que durante un lento proceso colonial, terminó por incorporar bajo su dominio a los grupos indígenas americanos. Este fue un largo proceso de contacto caracterizado también por los conflictos armados, la imposición colonización, el proceso de mezcla étnica entre integrantes de las sociedades hispana e indígena, incluyendo la mezcla de sus culturas y mentalidades.

Los estados que desarrollaron de esta empresa de conquista fueron España en gran parte de América Central y Sur, y el reino Portugal, que conquistó los territorios del actual Brasil. América del Norte y su población fue lentamente incorporada bajo el poder de Francia e Inglaterra.

La necesidad de una vía marítima hacia el Oriente, el perfeccionamiento de la cartografía y del transporte marítimo, así como la idea de redondez de la Tierra fueron las condiciones que permitieron emprender la empresa del Descubrimiento de territorios extraeuropeos por las potencias comerciales de entonces.

Portugal

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Las exploraciones de ultramar fueron iniciadas por Portugal, siendo su principal promotor el príncipe Enrique “El Navegante”. La ocupación de Ceuta en 1415, señaló los inicios de los viajes de reconocimiento de importantes territorios de la costa atlántica, tales como: las islas Azores, Cabo Verde, Madeira y Porto Santo. Lo mismo aconteció con el litoral occidental africano. Tras largos años de intento, Bartolomé Díaz descubrió el Cabo de las Tormentas que señalaba el fin de las costas del continente negro (1488). El nombre fue cambiado después por Cabo de Buena Esperanza, pues anunciaba la nueva ruta hacia las Indias, tarea cumplida diez años después por Vasco da Gama.

Portugal formó así algunos puestos de colonización en África, en la India y en las islas Molucas (Sumatra, Java Borneo). Importante fue también la participación de los lusitanos en la colonización del Brasil. En 1505, una expedición naval que se dirigía a la India al mando de Pedro Álvarez Cabral, se apartó de su rumbo y llegó al litoral brasileño, que recorrió en parte para luego retomar el rumbo a su destino. Ese fue el comienzo del interés de Portugal por colonizar Brasil.

España

Los descubrimientos oceánicos españoles comenzaron con la ocupación de las islas Canarias. Sin embargo, al comienzo, los esfuerzos hispanos se centraron, cuando ya Portugal iniciaba la colonización de sus puestos atlánticos, en afianzar el poder absoluto de la Monarquía. Una vez consolidada España como Estado Nacional, gracias a la acción de los Reyes Católicos -Isabel de Castilla y Fernando de Aragón-, se pudo continuar con las exploraciones transoceánicas.

Cristóbal Colón descubre un nuevo continente para los europeos

Colón, navegante genovés, llegó a concebir la idea de una esfera terrestre mucho menor que la verdadera, en forma tal que creía que navegando hacia el occidente por el Atlántico, se podía llegar rápidamente al Asia. No contaba con la existencia de otro continente que pudiera interponerse. Convencido de que sus ideas eran correctas, Colón pensó en una expedición para explorar la ruta al Asia. Creía que en un viaje de 2.400 millas a partir de las Canarias llegaría al fabuloso Cipango (Japón) y Cathay (China).

El proyecto de Colón fue rechazado por el consejo de sabios del rey portugués Juan II. Pasó entonces a España, en donde las ideas del navegante fueron finalmente acogidas. El 17 de Abril de 1492 se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, en las que se estipularon las condiciones en que la expedición se realizaría y las prerrogativas que tendría Colón. El 3 de Agosto del mismo año, zarpó Colón desde el Puerto de Palos, para dirigirse a las islas Canarias, de donde salía el 6 de Septiembre. El 12 de Octubre de 1492 arribó a la isla de Guanahani, a la que el Almirante denominó San Salvador. Colón, durante su primer viaje, exploró Las Bahamas, Cuba, Haití y Santo Domingo. En su segundo viaje (1493) reconoció Puerto Rico, Jamaica, Guadalupe y las Islas Vírgenes. En el tercer viaje (1498), recorrió la desembocadura del Orinoco, la Isla Margarita y Trinidad. Su último viaje, emprendido en 1502, recorrió las costas de Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá.

Las pretenciones territoriales de España y Portugal

El Papa Alejandro VI formuló la Bula Intercaetera (25 de septiembre de 1493), para zanjar las diferencias entre España y Portugal, entregándoles a los reyes de España, todas las tierras situadas de polo a polo al occidente de una línea demarcatoria trazada a 100 leguas al oeste de las islas Azores y del Cabo Verde.

Portugal se sintió perjudicado con esta delimitación y estableció negociaciones directas con España que los llevaron a un segundo acuerdo sobre la definición de las esferas de acción. Portugueses y españoles, reunidos en la ciudad de Tordesillas, acordaron un desplazamiento de la línea demarcatoria. Ésta quedó fijada a 370 leguas al oeste de las citadas islas. A partir de este momento Portugal quedó dueña de todas las tierras al oriente de la línea y España, de las localizadas al oriente. (7 de Junio de 1494: Tratado de Tordesillas.)

Rasgos de la conquista hispana en América

Los conquistadores de América, procedentes de España le concedieron al proceso de ocupación del territorio sus propias características. Estos elementos permiten explicar en gran parte la forma de cómo se realizó la conquista, ayudan a comprender la mentalidad y los motivos de los conquistadores.

La vieja mentalidad caballeresca y el nuevo espíritu del Renacimiento se entrelazan en la acción de los hombres que pasan a nuestro continente. Los sujetos que llegaron al Nuevo Mundo provenían casi exclusivamente del grupo de los hidalgos y de los villanos. Estos no pertenecían ni a la alta nobleza ni a la burguesía. Los hidalgos carentes de fortuna y en situación social desmedrada, eran un elemento propicio para cualquier aventura prometedora de buena recompensa. Pensaban poder alcanzar algún día la categoría de grandes señores, cosa que no podrían alcanzar en España. Por su parte, los villanos, más inquietos, verán en las nuevas tierras la posibilidad de mejorar su situación, sin las trabas sociales y los prejuicios que les aplastaban en España.

Las diferentes regiones de España participaron en proporciones variadas en los contingentes de la conquista. El mayor número de hombres vino de Andalucía, Extremadura, Castilla la Nueva, Castilla la Vieja y León. Es decir, de las regiones centrales y meridionales de la Península Ibérica.

La mentalidad medieval y los Ideales de los señores de la conquista

Entre ideales de los españoles que emprendieron la conquista, podemos mencionar la necesidad de riqueza fácil que les permitiera mejorar su situación. Esto se vio estimulado por los tesoros que algunas regiones les brindaron. El oro se convirtió así en el símbolo de las mayores ambiciones de estos hombres. Pasadas las primeras ilusiones, agotados los tesoros que estaban a la mano, los conquistadores comprendieron que la riqueza había que lograrla explotando la naturaleza y estableciendo el trabajo organizado. Poco a poco, se renuncia a la idea de volver a España y el mundo americano va cogiendo al conquistador. Es necesario trabajar los lavaderos de oro, explotar los productos tropicales y cultivar la tierra. De esta forma se van cumpliendo las ambiciones señoriales de estos hidalgos y villanos en América.

El otro ideal era el servicio al Rey. Como buen español, el conquistador era un vasallo sumiso, leal y amante de su monarca, a quien colocaba en segundo lugar después de Dios. La conquista también tuvo el sentido de cruzada religiosa: había que incorporar a la enorme población indígena a la fe cristiana, para que abandonaran sus antiguas costumbres y tradiciones, consideradas como paganas por los españoles. Es por esto que junto al conquistador siempre figuraba el sacerdote, quien muchas veces con su labor espiritual contribuyó a suavizar el rigor de la conquista.

El espíritu de aventura, tampoco fue ajeno a los hombres que vinieron a América.

Íntimamente ligado a lo anterior, están el espíritu creador y el afán de gloria que suele caracterizar a los conquistadores más vehementes. El propósito de muchos de ellos era formar nuevos pueblos y ligar su nombre a esa tarea para alcanzar la fama imperecedera.

Un aspecto muy singular de la conquista española fue la protección dada al indígena, que difícilmente puede encontrarse en otras conquistas. Es cierto que los conquistadores españoles cometieron toda clase de abusos y crueldades con los aborígenes. Pero la Corona, algunos de sus funcionarios y sus sacerdotes desplegaron una acción constante para evitar esos males. Ejemplo de esto fue Fray Bartolomé de Las Casas, quien hizo de su vida un verdadero apostolado al servicio de los indios.

Las formas de la conquista española

La empresa de conquista no fue completamente desordenada, sino que estuvo sujeta a ciertas regulaciones por parte de la Corona. Desde luego, cualquier expedición española debía ser autorizada previamente por el Rey o por alguno de sus jefes conquistadores, con atribuciones para hacerlo.

La forma más generalizada de autorización fue la celebración de un contrato entre el Rey y un capitán, en el cual se establecían los derechos y las obligaciones de ambas partes. Nos estamos refiriendo a una Capitulación.

El Monarca señalaba el territorio que debía ser conquistado y concedía privilegios al capitán: le otorgaba el título de gobernador, le facultaba para repartir tierras y la población indígena entre sus hombres, asignaba parte de los tesoros que se hallasen, etc.

Para equipar la expedición, el capitán echaba mano de todos sus recursos y muchas veces pedía préstamos a otros conquistadores enriquecidos o comerciantes, o formaba una sociedad con ellos. Cada soldado aportaba también lo que podía, sus armas, su caballo si lo tenía o cualquier otro implemento.

Las grandes expediciones se formaron en España, sobre todo en los momentos iniciales de la conquista, pero luego se formaron en América, en las regiones donde ya se habían establecido los españoles y había algunos recursos disponibles. Las islas del Caribe, México, Panamá y el Perú, fueron verdaderos focos de conquista, los cuales marcaron hitos sucesivos en el desplazamiento de los españoles por el continente.

La corona, por regla general, no ayudaba en el financiamiento de las expediciones, ni se preocupaba de organizar las fuerzas expedicionarias, ni de planificar su acción. Todo ello quedaba entregado al esfuerzo individual, a la capacidad de los conquistadores y a su espíritu de empresa. Tales características permiten afirmar que la conquista fue una empresa privada, pero no debe olvidarse que el Estado desarrolló una vigilancia general.

Dentro de este sistema, el jefe conquistador jugó un gran papel. Fue empresario, jefe militar y gobernador a la vez. Ha surgido dentro de la misma conquista como hombre valeroso, tenaz y hábil para el mando; ha alcanzado gran prestigio por sus hazañas y era respetado por sus compañeros. Algunos lograron cierta fortuna. Con dichas condiciones se podía obtener una autorización para emprender la conquista de algún otro territorio.

Tras el jefe se encontraba la hueste, siguiendo su estandarte. El grupo armado se cohesiona junto al capitán por la adhesión personal de cada soldado o de los capitanes inferiores, de modo que, para tener una hueste respetable y obediente, era esencial el prestigio del jefe conquistador. La buena opinión que existía sobre él, su fama de generoso, intrépido y buen militar, tenían un gran peso.

La buena suerte del jefe conquistador era también la buena suerte de sus hombres, así, cuando aquél obtenía la autorización para conquistar, los soldados se mostraban alegres y la hueste crecía en tamaño. Una vez que la conquista se ha realizado, los beneficios recaían sobre todos.

Después del jefe, sigue en categoría el maestre de campo y luego una serie de capitanes inferiores de mayor a menor prestigio. El sacerdote también fue una figura destacada, impuesto por las disposiciones de la Corona y las necesidades espirituales de los mismos expedicionarios.

Una vez que la expedición llegaba al territorio de destino y se fundaban una o más ciudades, la hueste se desintegraba lentamente y los soldados se transformaban entonces en vecinos de los nuevos poblados.

Los tipos de empresas de conquista

De esta relación entre el Monarca por un lado, y el particular solicitante de la autorización, por el otro, surgirán, de acuerdo a los objetivos planteados, diferentes tipos de empresa:

Empresa de Rescate: En ella el objetivo era el intercambio con los aborígenes de baratijas u objetos de poco valor, por piedras preciosas, oro y plata. El empresario debía entregar el 20% de lo ganado al Monarca.

Empresa de Indios o Cabalgada: Este tipo de empresa consistía en apresar indios para venderlos posteriormente como esclavos. La esclavitud indígena tuvo como fundamentos jurídicos el hecho de ser sorprendidos levantados en armas contra el Monarca (Guerra Justa) y las Reales Cédulas (normas entregadas por la Corona) de los años 1513 y 1515 que autorizaron la esclavitud indígena cuando éstos se resistían a ser evangelizados.

Empresa de Conquista: Esta tiene como finalidad asentarse definitivamente en un lugar para lo cual debe disponer de la mano de obra indígena ya en forma de esclavos o como indios encomendados. El individuo que participa lo hace para obtener riquezas con lo cual ascender socialmente. Fama, prestigio, riquezas fueron los móviles básicos de este tipo de empresa.

Etapas de la conquista de América

Conquista y colonización de las Antillas: Las principales islas situadas en el Caribe fueron los primeros lugares ocupados por los españoles. Sus indígenas fueron sometidos o diezmados desde el primer momento y los conquistadores pudieron así disponer de bases de operación más o menos seguras.

Panamá y el desplazamiento hacia el Pacífico: Poco antes de la conquista de México, varias expediciones provenientes de España y de las islas del Caribe exploraron las costas pertenecientes hoy a Panamá y Colombia. Estas expediciones tuvieron una suerte desgraciada por los ataques de los indios, los peligros de la naturaleza y los odios que dividieron a los propios conquistadores. De esta etapa, destacan las figuras de Vasco Núñez de Balboa, quien descubrió el Océano Pacífico, bautizado entonces como Mar del Sur, y Pedrarias Dávila, quien en 1519 fundó la ciudad de Panamá. Panamá fue el primer establecimiento en la costa del Pacífico que se transformó en un centro de nuevas exploraciones y del cual dependería la conquista del Perú.

Conquista de México: En 1519 llegó a las costas mexicanas Hernán Cortés. Después de una resistencia feroz de los Tlascaltecas, éstos se aliaron a él, quien parte a ciudad de México. Ahí Moctezuma lo recibió con gran pompa. Para asegurar su permanencia en la ciudad, Cortés lo tomó prisionero y destruyó los ídolos de los templos. Posteriormente, Moctezuma murió. La permanencia en la capital se hizo insostenible. Cortés y sus hombres esperaron la noche para salir sigilosamente, siendo sorprendidos por los naturales. Durante el combate murieron muchos españoles y se perdió casi todo el equipo. Este episodio fue conocido, más tarde como La noche triste. Más tarde, Cortés rehizo sus tropas con las cuales prosiguió la lucha, sitiando la capital, ayudado además por tropas auxiliares de indios amigos. Los aztecas, capitaneados por Cuauthemoc, opusieron una resistencia desesperada durante más de dos meses y los españoles debieron ganar la ciudad casa por casa. Sobre las ruinas de la ciudad azteca los españoles construyeron su propia capital. Desde aquel momento fue fácil extender la dominación. Cortés despachó a varios capitanes que prolongaron la Conquista hacia las costas del Pacífico y Centroamérica

Conquista del Perú: Fue realizada por Francisco Pizarro, Diego de Almagro y el sacerdote Fernando de Luque. Partieron en 1531. La empresa se vio favorecida por el hecho de llegar justo cuando el imperio inca estaba dividido por una guerra civil entre los hermanos Huáscar y Atahualpa. Los españoles capturaron a Atahualpa siendo después condenado a muerte. Una vez tomado el Cuzco, que no ofreció resistencia Pizarro fundó Lima o la Ciudad de los Reyes. Luego comenzaron las disputas de poder entre Pizarro y Almagro con motivo de la posesión del Cuzco. Para solucionar estas diferencias y también para dejar satisfechos a otros aspirantes a conquistadores fue que Carlos V promulgó las capitulaciones de 1534, por las que dividió los territorios conquistados y a conquistar en cuatro fajas ordenadas de norte a sur. La delimitación entre las zonas asignadas a Pizarro y Almagro presentó el problema de la ciudad del Cuzco: en efecto, la discusión se centró en la posesión efectiva sobre ella alegada por ambos conquistadores. Es debido a esto, entre otras causas, que Almagro viene a Chile.

Conquista del Río de la Plata: Las expediciones de Solís (1515) atraen el interés por aquella región. En 1535 Pedro de Mendoza inicia la exploración del territorio, fundando en 1536 Buenos Aires. Debido a las malas condiciones del terreno, el hambre y el hostigamiento de los indios, Mendoza abandonará la ciudad. Esta será refundada en 1580. Anteriormente, en 1537, se había fundado la ciudad de Asunción.